El año pasado el dúo de productores suecos Daleri revolucionó la Red
con un minimix de apenas 1 minuto donde se podía escuchar 16 temas
sacados directamente del Top 100 de Beatport. Hasta ahí todo normal sino
fuera porque esos 16 tracks suenan todos iguales, escucha el minimix y
sabrás lo que te digo.
Desgraciadamente la repetición de las estructuras musicales y el afán
de muchos productores por centrarse en la cantidad en vez de en la
calidad, ha hecho que cada vez sea más habitual escuchar copias
descaradas de otras producciones de reconocido éxito y lo que es más
grave aún, copiar hasta la extenuación fórmulas de determinados géneros,
si en esta ocasión me refiero al manido EDM (Electro Dance Music) que
otros simplemente llamamos Dance y que en Estados Unidos lo han
descubierto como quien descubre un tesoro escondido.
Centrándonos en el tema que nos ocupa, me atrevo a decir y espero que
muchos compartan conmigo esta afirmación, que la selección musical es
la base sobre la que se asienta cualquier sesión de DJ. Y dentro de esta
selección musical hay una parte esencial que es la música exclusiva.
Entendemos como música exclusiva, aquellos temas que son difíciles de
encontrar (la verdad es que la música es lo menos exclusivo que existe
porque el afán de compartirla es algo innato en el ser humano) que
pueden ser producciones originales, remixes propios, mashups, bootlegs o
todo tipo de ediciones llevadas a cabo por el propio DJ o por terceras
personas pero que se suponen que sólo acceden a esa música un número
limitadísimo de individuos.
Bien, esto en la práctica debería ser lo ideal, que cada DJ tuviera
en su maleta una parte de la música que fuera exclusiva. Antiguamente
con los vinilos e incluso con los CDs, esto era muy fácil, llegabas a la
tienda de discos comprabas algunas de las copias que el dueño de
aquella tienda siempre te tenía reservado para ti después de que le
cayeras bien o simplemente pagaras más que los demás y listo, ya tenías
música que probablemente ningún DJ de tu entorno tenía sencillamente
porque no podía acceder a ella. Eran ediciones raras realizadas en CDs o
vinilos (especialmente estos últimos), música de importación o
simplemente copias muy limitadas de tal o cual tema que al final tenías
la suerte que gustaba y que apenas dos o tres personas tenías en tu
ámbito de actuación, o sea que la única manera de escuchar esos
pelotazos es que tú los pincharas.
Pero claro ese “chollo” llegó a su fin cuando irrumpió Internet,
ahora no hay fronteras, no hay copias limitadas de las canciones, se
realizan muy pocas ediciones limitadas por la crisis que perdura en la
industria musical y lo peor de todo, las tiendas que venden la música
son muy pocas y encima todos compramos en las mismas tiendas una y otra
vez.
No me dirás que no has comprado alguna vez un track en Beatport,
Traxsource, o Amazon (dejemos el tema de la piratería de lado
porque eso sería otro post completo), es casi una obligación para
cualquier DJ que se precie acuda a alguna tienda online para adquirir su
música. Pero esta facilidad para adquirir música se da de frente con
las altas posibilidades de que al final todos pinchemos lo mismo.
Supongamos que empiezo a pinchar en una sala nueva, obviamente ya he
ido por allí a echar un vistazo, ya sé lo que se pincha, conozco al DJ
residente, el tipo de público y multitud de factores que cuentan cuando
vas a empezar a pinchar en un sitio nuevo y que ya trataremos en otra
ocasión. Al final decido ir por el camino más fácil, me pirateo el
último Top 100 de Beatport y me paso toda la noche pinchando un temas
detrás de otro. No salgo de ese Top 100 porque mi público lo está
flipando, el dueño de la disco está contento y probablemente desbanque
al DJ residente dentro de muy poco tiempo.
Sinceramente crees que todo es tan fácil, que llegas con tu música
antiexclusiva y besas el santo a la primera y todavía te crees que esa
situación se repetirá en más de una ocasión. Cuando la afluencia de
público baje en la sala o más de uno se queje de que siempre pinchas lo
mismo, mentalízate de que tu puesto lo ocupará otro. Utilizando un símil
futbolístico, es más fácil echar a un DJ / entrenador que al resto de
los jugadores / personal de la sala.
Eso no significa que en todas tus sesiones tengas que pinchar música
que nadie conoce, se trata de educar el oído de la gente y aportar
novedades de calidad que por un motivo u otro no han llegado al gran
público. Pero la razón principal por la que debas pinchar música que muy
poca gente tiene es porque eso aumenta considerablemente tu prestigio
como DJ y con ello tu caché.
Por otro lado, si todos los deejays pinchásemos lo mismo, cosa que
pasa más veces de las que crees, ¿qué diferencia habría entre contratar a
tal o cual DJ, si al final van a pinchar los mismos temas pero en
distinto orden?.
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